“¿Por qué hablan tanto de las revisiones de los seguros? Puede que te lo preguntes de vez en cuando si eres lector regular de nuestro blog. Siempre que tenemos ocasión, fomentamos esta práctica. Pero para evitar dudas -y para que te resulte más fácil compartir la información- lo reunimos todo en un solo lugar.
Imagínate esto: vas por la carretera de la vida, brilla el sol, suena la música que te gusta y te sientes invencible. De repente, la vida te dice:
Una piedra se cruza en tu camino, literal o figuradamente, un neumático pinchado, un golpe en el parachoques o incluso un perjuicio inesperado a causa de una demanda por lesiones personales derivada de un accidente en tu casa o en la puerta de tu negocio.
Si estás acostumbrado a tener seguros, lo primero que pensarás después del susto será el alivio de saber que todo está asegurado y que tu compañía de seguros correrá a rescatarte como un superhéroe, ¿Verdad?
Ahí es donde entra la cuestión del día: al igual que tu querido auto y tu valiosa casa, tu seguro necesita revisiones, mantenimiento y paradas periódicas para garantizar que todo funciona a la perfección.
La vida es un viaje lleno de altibajos, y tu seguro necesita evolucionar contigo. Entonces, ¿Por qué revisar tu seguro es como cambiar el aceite de tu motor financiero?
Abróchate el cinturón porque estamos a punto de sumergirnos en cinco razones convincentes por las que las revisiones periódicas de los seguros son esenciales.
¿Qué justifica la revisión de tu seguro?
1. Los grandes acontecimientos merecen una mejora (upgrade) de la cobertura
¿Recuerdas ese ascenso que te dieron? ¿El nuevo miembro de la familia? ¿O la piscina que por fin lograste costearla? Estos acontecimientos que lo cambian todo a tu alrededor, los momentos clave que representarán el final o el principio de un ciclo, también significan que tus necesidades de seguro pueden requerir una revisión.
El aumento de los ingresos puede justificar una mayor cobertura del seguro de vida, mientras que un nuevo miembro de la familia puede requerir ajustes en tu seguro de salud o de hogar, al igual que cualquier ampliación en la propiedad, como una piscina, tiene que incluirse en tu póliza de hogar. La información desactualizada puede dar lugar a una cobertura inferior a la necesaria, o incluso a la negación del reclamo (claim).
No dejes que estos cambios te agarren desprevenido: una rápida revisión de tu seguro te garantiza que tu cobertura sigue el ritmo de los emocionantes desvíos de tu vida.
2. Adáptate a los cambios
Puede que aquel auto popular pequeñito fuera el auto perfecto para cumplir tus sueños de inmigrante, para desplazarte por la nueva ciudad y conocer mejor tu nuevo país, pero no es precisamente adecuado para los viajes en familia.
Del mismo modo, tu seguro no debe permanecer estancado a medida que se acumulan tus bienes. Cambiar de auto, comprar una casa nueva, mudarse de barrio y de lugar de trabajo, o incluso adquirir aparatos electrónicos u objetos de colección pueden exigir ajustes en los montos y tipos de cobertura..
Las revisiones periódicas te ayudan a evitar el dolor financiero que supone perder bienes que están infrasegurados o que ni siquiera se mencionan en tu póliza.
Mantente siempre atento a tus nuevas adquisiciones y renovaciones y recuerda incluirlas en tu seguro actual revisando tu póliza o incluso contratando una póliza específica para que nada quede desprotegido.
3. Descuentos y promociones
Hay muchas formas de obtener descuentos en las tasas mensuales de tu seguro y la industria de seguros está en constante evolución, con nuevos proveedores, descuentos y opciones de planes que surgen todo el tiempo.
Además, tu vida evoluciona constantemente y hay tantas novedades que a veces ni siquiera nos damos cuenta. Puede que a lo largo de un año tengas derecho o seas elegible para algún tipo de descuento y solo te enteres de ello cuando se revise tu seguro.
Revisar periódicamente tu cobertura te permite comparar precios, explorar mejores ofertas y, potencialmente, ahorrar mucho dinero. Piense en ello como una búsqueda del tesoro de la seguridad financiera.
4. El conocimiento es poder (y tranquilidad)
Admitámoslo, las pólizas de seguros pueden ser un material de lectura denso y aburrido para leer. Pero recuerda: ¡El conocimiento es poder!
Al profundizar en los detalles de tu póliza de vez en cuando, comprenderás con claridad lo que está cubierto (y lo que no). Este conocimiento no solo te permitirá tomar decisiones con fundamento, sino que también te aportará la tranquilidad de saber exactamente qué protege tu red de seguridad.
Duerme tranquilo sabiendo que no estás volando a ciegas en el laberinto de los seguros.
5. No dejes lagunas o brechas en tu póliza
Puedes estar viviendo tu vida en la paz del Señor, sintiéndote protegido en el cielo y en la tierra, y DE REPENTE, DE SOPETÓN, descubres un enorme hueco en tu cobertura precisamente cuando más la necesitas.
Las exclusiones y limitaciones pueden estar ocultas en las cláusulas de las pólizas, a la espera de atacar en los momentos más inoportunos. Revisar periódicamente las pólizas ayuda a detectar estas lagunas o brechas y, potencialmente, a añadir las ampliaciones o ajustes necesarios para garantizar que la cobertura sea realmente a prueba de balas.
Piensa en ello como si taparas todos los agujeros de tu bote salvavidas financiero antes de que llegue la tormenta.
¿Con qué frecuencia debo revisar mi seguro?
Como regla general, haz una revisión anual de tu seguro, pero no dudes en revisarlo de vez en cuando tras acontecimientos importantes en tu vida, como el matrimonio, el nacimiento de hijos o cambios significativos en tu vivienda o bienes.
Recuerda que mantener tu seguro al día significa cuidar de la salud financiera de tu familia. Al fin y al cabo, la vida es una carretera llena de imprevistos, pero con revisiones periódicas puedes garantizar que tu cobertura está en el asiento del conductor, lista para navegar por las curvas y los reductores de velocidad del camino.